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Doña Virginia Guachalla sufre presiones para dejar de vender el quincenario. |
Virginia Guachalla y su familia formada por varios niños y niñas que le ayudan a vender Sol de Pando en las calles de Cobija (un servicio público nunca antes existente en estas latitudes del país), es un sustento fundamental de este proyecto periodístico autogestionario en la ciudad.
Hoy se halla bajo constante amenaza y hostigada por funcionarios dependientes de Flores, entre ellos la directora de Comunicación Ximena Ruiz, además de otros funcionarios que dependen del “despacho de la Primera Dama”, que la presionan y amedrentan.
El grupo de Virginia Guachalla y otros similares en Cobija y el resto del país, obtienen la totalidad de ingresos por la distribución de Sol de Pando. Es política de este medio cederles el 100% de ganancias por las ventas, motivo por el cual consideramos a nuestros canillitas socios activos de esta empresa autogestionaria.
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