“Tengo miedo ir a Nueva York con nuestro avión porque seguramente, cuando lleguemos allá, pueden meter alguna cosa y detenernos” reveló el Presidente; e intuyó bien. La CIA viene ejecutando Operaciones Psicológicas en un nuevo intento de balcanizar al país…
El anuncio del Presidente sobre su decisión de no usar el avión oficial para viajar a una reunión de Naciones Unidas en Nueva York, no es anécdota.
Creemos que efectivamente “organismos de seguridad” norteamericanos van desatando una ola conspirativa para desestabilizar la democracia boliviana y derribar al actual régimen. Hay más de un indicio que nos indica el sinuoso y sórdido afán de mostrar especialmente al Presidente como una autoridad vinculada al narcotráfico, pretendiendo así tender un manto de desprestigio y aislamiento internacional, lo cual sería catastrófico para la gobernabilidad interna del país.
Bolivia está siendo hoy objeto de una Operación Psicológica (Opsic) que se basa fundamentalmente en acciones de desinformación sistemática, táctica usual en una guerra de baja intensidad a la que Estados Unidos (la CIA) pretende sumirnos como país, no sólo como Estado ni como Gobierno, con gran daño colateral para la democracia.
Ahí están los falsos informes sobre el supuesto “liderazgo” de Bolivia en la producción de marihuana; ahí está aquel seudo “periodista científico” que atraparon en la zona sur de La Paz vendiendo unos “narco-videos” de dudoso origen mientras difamaba soezmente al Presidente; ahí está la agresión de la CIA en medio vuelo de México a Europa contra la indigenista mexicana Raquel Gutiérrez, gran amiga de Bolivia; y ahí está la posibilidad cierta de que el avión presidencial aparezca con unos gramos de cocaína bajo el asiento de Evo en Nueva York.
Defender la imagen del presidente Evo Morales es hoy un imperativo para defender la democracia boliviana; pero también se debe imponer la autocrítica reconociendo que si Estados Unidos ataca, es porque hay flancos vulnerables que los propios entornos de Evo crean con su impostura, su indolencia y su corrupción.
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