El cacique suruí Amir y la ingeniera de Google Rebeca Moore, en Río de Janeiro.
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La etnia Suruí, amenazada por la severa deforestación en la selva amazónica del Brasil, puede ser hallada con todos sus rasgos culturales en una plataforma digital diseñada por el popular buscador de internet. Con esta aplicación, `presentada en acto paralelo a la Conferencia de Río, se facilitará el control y la protección del bosque indígena ante las irrupciones depredadoras…
El jefe Amir con su laptop conectada al internet.
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Según informó en la víspera la Agencia France Presse (AFP), este lanzamiento fue efectuado al margen de la conferencia sobre desarrollo sostenible de la ONU Rio+20.
Representantes de Google e indígenas suruí presentaron el proyecto —el primero de este tipo— durante el foro empresarial paralelo a Rio+20.
"Esto es único, representó toda una nueva etapa para Google", explicó en una rueda de prensa Rebeca Moore, ingeniera de Google Earth y líder del proyecto.
"Es una gran emoción mostrar nuestra cultura al mundo", celebró el cacique Amir, jefe de los suruís, que vestía pantalón, camisa, chaqueta y una corona de plumas de colores.
Plataforma con los datos de la etnia en territorio de Rondonia.
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La aplicación contiene imágenes en 3D de la selva donde viven los indígenas, así como narraciones animadas de sus tradiciones y costumbres.
El territorio suruí está rodeado de un área bastante deforestada y según el Jefe Amir, sus tierras son amenazadas por madereros ilegales. Por eso, en 2007 viajó a California, donde "planteamos una asociación" con Google que registrara la realidad de la zona.
Una joven Suruí, con su tocado de plumas.
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"Es una herramienta de trabajo que estamos utilizando para hacer denuncias. Tenemos un equipo de monitoreo", formado por jóvenes indígenas, que con teléfonos inteligentes registran desde las medidas de un árbol hasta fotos de la zona, contó Amir.
La aplicación está disponible en el sitio web de Google Earth, aunque aún no está integrada a la plataforma. Según Moore, la empresa espera repetir la experiencia en otras dos etnias vecinas a los suruís, así como en otras poblaciones aborígenes de Canadá y Nueva Zelandia.
Los Suruís
Cazador Suruí tatuado cual jaguar en el brazo.
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Ellos se autodenominan Paiter, y se localizan en diez aldeas de los bosques de Mato Grosso. Llegaron a esta zona escapando de sus enemigos tradicionales, los xikrim, procedentes de su antigua ubicación, a orillas del río Vermelho. Tras el contacto con los europeos, aproximadamente en 1960, sufrieron varias epidemias, de gripe y viruela, que mermaron su población. Tradicionalmente, los hombres de este pueblo, tenían la costumbre de tatuar sus rostros con diversos dibujos que les identificaban. La pintura se extraía de semillas vegetales, que inyectaban con espinas naturales. La influencia de los blancos ha variado sus costumbres. Aunque las mujeres prefieren no mezclarse con los extranjeros, los hombres comienzan a emigrar a las ciudades.
En cuanto a su organización social, el cacique es el jefe del grupo, pero los individuos no necesitan su permiso para tomar decisiones relativas a los bienes comunales ni la vida privada. Viven de la caza y pesca, y las mujeres se dedican a la artesanía. Sus casas de barro y paja, redondas y de una sola habitación han sido sustituidas por las de madera. La poliginia, antiguamente practicada, ha sido sustituida por la monogamia, y los hombres se casan preferentemente con primas y sobrinas. El parentesco se establece de forma patrilineal.
Cuando la tierra ya no produce lo suficiente para el sustento, la aldea se traslada de sitio, abandonando sus casas. En ellas, dejan los cuerpos de sus muertos, que han sido enterrados dentro del hogar en el momento de su fallecimiento, costumbre que comparten con otros grupos de lengua tupí-guaraní. Perviven a duras penas de la tierra y la mayoría no están alfabetizados. No poseen centros de salud ni organización indígena.
Miembros de la tribu con un periodista de la TV alemana. |
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