sábado, 19 de noviembre de 2011

Ellos son el Bosque

Los Awa, grupo no contactado pero bien protegido en el Brasil | Fotos Survival

Un Informe del Banco Mundial asegura que los pueblos indígenas en aislamiento voluntario son la mejor barrera contra la deforestación del planeta…
por Wilson García Mérida
Niños Yanomani, parientes de los árboles.
Según un nuevo estudio del Banco Mundial, que promueve la participación de las poblaciones indígenas en el desarrollo, los pueblos originarios son la clave para preservar los bosques del planeta, y las reservas medioambientales que los excluyen sufren como resultado de esa exclusión.
El análisis muestra cómo la deforestación —la destrucción de la masa forestal—  disminuye sustancialmente en lugares donde los pueblos indígenas continúan viviendo en las áreas protegidas y no se los obliga a marcharse de ellas. Este dato se debe al fuerte vínculo entre un pueblo indígena y su territorio, y el respeto fundamental que las comunidades indígenas tienen hacia los ecosistemas de los que dependen. Según la organización conservacionista WWF, el 80% de las “ecorregiones” más ricas del mundo están habitadas por comunidades indígenas.
Hombre y floresta, milenaria simbiosis.
En todo el mundo, millones de indígenas han sido expulsadas de sus hogares en nombre de la conservación medioambiental. Sólo en la India, cientos de miles de personas han sido expulsadas de parques y más de tres millones viven dentro de los mismos, pero el Banco Mundial asegura que la evidencia muestra que “la conservación de los bosques no tiene que hacerse a expensas de los modos de vida locales”.
Mediante datos obtenidos por satélite monitoreando  incendios forestales para establecer niveles de deforestación, el estudio mostró que la incidencia fue de un 16% menor en las zonas indígenas, para el periodo 2000-2008. El 80% de las áreas protegidas del planeta son territorios de comunidades tribales, que han vivido en ellas durante milenios. No es mera coincidencia, los expertos reconocen cada vez más el vínculo entre la presencia de pueblos indígenas y su capacidad para beneficiar a los bosques inhibiendo la deforestación.
Un guaraní ante una carretera, alza los brazos
blandiendo una maraca mbaraka que expresa su protesta.
El científico Daniel Nepstad describe las tierras indígenas como “la mejor barrera en la actualidad contra la deforestación de la Amazonia”. Pero a pesar de que el Banco Mundial ha reconocido los beneficios que los pueblos indígenas suponen para esos territorios, ha prestado su apoyo a varios proyectos polémicos que amenazan directamente su existencia.
Más de 200 millones de terrícolas dispersos en 70 países son indígenas, y han sido tradicionalmente tratados como habitantes de segunda clase por los Estados "modernos". Sus identidades, culturas, tierras y recursos se encuentran estrechamente entrelazados y son especialmente vulnerables a los cambios que causan los programas de desarrollo.


Estos son los paraísos que la Humanidad está perdiendo a medida en que
los obsoletos paradigmas del desarrollo capitalista persisten en imponerse.