domingo, 12 de junio de 2011

Humanismo poético en Leny Nataly de Miahuchi | Selva Estrada


La maestra Nataly de Miahuchi escribe como Selva Estrada.

 por Wilson García Mérida

Selva Estrada es el pseudónimo bajo el cual la profesora Leny Nataly de Miahuchi firma sus poemas “de marcado carácter festivo, amazónico, reinvindicativo y costumbrista”, según define su obra el también artista pandino, pintor y trotamundos Eloy Añez Marañón en su muy visitado blog ArtePandinoArtePan.
La poetisa Leny Nataly de Miahuchi es una entrañable profesora de Literatura y maestra de varias generaciones de estudiantes pandinos que pisaron las aulas del emblemático Colegio Antonio Vaca Diez de Cobija.
Su obra poética es un canto de esos ríos y bosques que emiten tiernos sonidos e imágenes tan bellas hasta causar un profundo sentimiento de amor a la tierra:
Envuelto en las caricias del parto feliz,
vibrante festejaba mi llegada el asaí;
y en follajes mágicos de sol y de viento
la palma real, los castañales y siringales,
se entrelazaron en mi alma de estirpe amazónica
Castañero. Boceto de Eloy Añez Marañón.

Y es, también, un homenaje al hombre boliviano amazónico, héroe por naturaleza:
Soy el siringuero de la amazonía
de caucho y almendras en flor
soy hermano del totaí
de la paca y del surubí
(....)
Soy soldado de la gesta de Bahía
con cuchilla y machete envainao
castañero de la amazonía
poronga, yamachi y jochi pintao

Y como en toda poseía fabricada con los materiales de la sensibilidad humana, el humanismo poético de Selva Estrada tiene una voz y una mirada ante la brutalidad de nuestros congéneres, ante la injusta e irracional victimación:
La aurora de colores rompió la amazonía,
la muerte en Tres Barracas resplandeció
como en mi pecho de pronto la alegría;
el dolor y hasta el odio desvariado ardió
 y el fuego fraticida incendió la tierra mía...
La profesora de Miahuchi, hoy jubilada, viene actualmente preparando la edición de un compendio de biografías de Pandinos Ilustres, obra que difundiremos con gran honor y placer siempre y cuando no se lo prohíba la Sociedad de Escritores y Poetas de Pando, cuya directiva impide a los gestores culturales de Cobija  —con lamentable mezquindad provinciana—  coordinar labores con nuestro medio al extremo de que propicia abiertamente el surgimiento de efímeras publicaciones impresas  “alternativas” a Sol de Pando.