Cuando la marcha llegó a Tijamuchí, a 27 kilómetros de Trinidad, ya en la provincia Moxos. FOTO TATIANA URIARTE |
“Nos falta transporte para llevar la carga de cada grupo étnico, carpas, alimentos, mochilas, ropa y otros equipos”, dijo el dirigente Pedro Vare y agregó que “ese factor genera un cierto retraso en la dinámica de los marchistas que quieren recorrer más de 20 kilómetros diarios para llegar a su objetivo final…”
por Fernando Flores Zambrana
Indígenas amazónicos de Riberalta y Pando preparando su desayuno comunitario. FOTO FERNANDO FLORES |
“Nos falta transporte para llevar la carga de cada grupo étnico, carpas, alimentos, mochilas, ropa y otros equipos”, dijo el dirigente Pedro Vare y agregó que “ese factor genera un cierto retraso en la dinámica de los marchistas que quieren recorrer más de 20 kilómetros diarios para llegar a su objetivo final”.
Por su parte, Fernando Vargas, identificó que la ausencia de agua durante el tramo Tijamuchí-Fátima, Lomas del amor y San Ignacio de Moxos, será un problema mayor y por ello insisten en negociar con “amigos de los indígenas” la presencia de un carro cisterna para que acompañe permanentemente la caminata.
“Ya está casi asegurado este tema, pero no deja de ser una preocupación”, agregó el líder nativo beniano.
La mañana del martes 16 de agosto, tras cuatro horas de caminata —partieron a las 4:30— los marchistas recorrieron 10 kilómetros, desde puerto “Los Puentes” al río Tijamuchí y allí se estacionaron de emergencia para alimentarse y curar heridas causadas por ampollas en algunos grupos de mujeres y niños especialmente.
A orillas del río Tijamuchí, a 27 kilómetros de Trinidad, se estableció el segundo campamento. FOTO FERNANDO FLORES |
Vare dijo que querían retomar la marcha a las tres de la tarde de hoy, martes, hasta donde las fuerzas permitan a un punto que todavía no había sido definido y estaba en consulta en el Comité de Marcha.
“Hay un ambiente diverso de diferentes culturas pero de unidad”, agregó el dirigente Vargas, al señalar que no se produjo ninguna comunicación entre el Gobierno y los marchistas para abrir la posibilidad de un diálogo.
Algunas anécdotas
Entre todos los grupos étnicos los “más tardones” fueron los del Conamaq, un grupo de ellos estaba separado por al menos tres kilómetros del primer grupo hoy en la mañana; y su justificativo fue que el sol era su peor enemigo y generaba mucho cansancio. Pero nunca dejaban de gritar “Jallalla Marcha”, cuando pasajeros del transporte público los animaban a no detenerse.
Una camioneta de apoyo de los organizadores tuvo que ir “al rescate” de los Conamaq para evitar problemas con su salud debido a la deshidratación.
Los moxeños trinitarios encabezan la marcha y consideran que deben aprovechar ese privilegiado lugar hasta la transformación del bosque en montañas que será el momento en que los caminantes altiplánicos asumirían la conducción de la caminata dada su experiencia en el terreno, conocimiento de la naturaleza y contacto con las comunidades indígenas y campesinas.
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Indígenas guaraníes durante un descanso, en el segundo campamento a orillas del río Tijamuchí. FOTO FERNANDO FLORES |
En esta primera jornada de la marcha, un grupo desayunó fideo y arroz mezclados con un guiso de carnes de vaca y pescado. Otro grupo optó por el sencillo pero hartador “locro carretero”; otros grupos yuquis, estaban buscando huevo para combinarlo con arroz y yuca.
El dirigente Pedro Vare, observó la destreza de sus hermanos nativos moxeños y amazónicos en la pesca porque trajeron de ríos y lagunas cercanas pescado para el desayuno. Para el dirigente beniano “lo que para un blanco tomaría un día de pesca, para los nativos es cuestión de minutos, simples zambullidas en lagunas y ríos para traer el alimento”.
Una mujer altiplánica, convidó a sus pares benianos tostado de haba y otros tipos de alimentos secos combinados con charque y les dijo que se trataba de pollo. “Esto es nuestro pollo, riquito es, nos gusta el chuño y a ustedes el pescado, tenemos que (inter) cambiar”, les dijo en medio de la risa de sus compañeras Conamaq. La misma mujer se quejó por el sol y las temperaturas elevadas que “nos está jodiendo, no estamos acostumbrados a tanto sol, grave está jodiendo”.
Pero dijo que no se apartarán de la marcha porque consideran que la defensa del territorio indígena era un mandato de sus bases y porque “bien lindo es el Beni, tanto árbol, ríos, vamos a pelear siempre”.
Los indígenas de Bolivia van en pos de un nuevo amanecer con su larga marcha en defensa de los bosques amazónicos. FOTO TATIANA URIARTE |
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